Análisis del liderazgo a partir de dos modelos de asesoría ¿Cuál de ellos será más fácil de integrar?
Todos conocemos la expresión de que una imagen vale más de mil palabras.
Pues bien, los ejemplos o modelos opuestos que expondremos a continuación, también nos pueden servir para reflexionar y ver qué tipo de mensajes tendríamos que transmitir para generar confianza en los trabajadores de la asesoría que integraremos.
A continuación, veremos dos supuestos que reflejan muy bien lo que son formas distintas de ejercer el liderazgo o dirección de un despacho.
Asesoría A. Dirección autoritaria
«Como titular de la firma, estoy encerrado en mi propio universo.
En mi despacho, casi nunca nos reunimos para compartir experiencias y todo lo solucionamos mediante el correo interno».
¿Que si podríamos crecer más al establecer sinergias y aprovechar la experiencia ajena? Sí, tal vez, pero en nuestra estructura eso nunca se dará.
Existe una gran competitividad entre los profesionales y un gran egoísmo.
En opinión de uno de los profesionales, se promueve solamente una fuerte competencia interna que termina desgastándonos.
Ya no nos miramos como colegas y colaboradores en un conjunto de proyectos en común, sino más bien como rivales.
La tensión se respira en el ambiente y cada día voy a trabajar con un sentimiento de opresión y angustia ante la posibilidad de cometer cualquier error.
Por ello, mi actitud (y la de buena parte de mis compañeros) consiste en no arriesgarse a tomar ciertas decisiones sobre las que no tengamos la certeza de que darán buenos resultados.
¿Me pregunta acerca de quienes dependen de nosotros?
Bueno, cumplen medianamente su función y eso nos basta.
¿Qué nos motiva a seguir? Tal vez el dinero a fin de mes, o el hecho de que, a nuestra edad, sea difícil cambiar de empleo…»
Asesoría B. Dirección participativa
Afirma uno de los profesionales: «Es agradable venir a trabajar.
Con el resto de directivos conformamos un equipo de trabajo unido que sabe afrontar cualquier situación con dinamismo, compartiendo experiencias, puntos de vista y, sobre todo, una enorme capacidad de aunar esfuerzos en pos de una meta común.
Comprendemos que no podemos concebir ninguna relación con quienes reciben nuestros servicios sin antes escucharlos, sin comprenderlos cabalmente.
Conformamos unidades de trabajo dinámicas que aprovechan sinergias y comparten permanentemente información a través de nuestra intranet, de reuniones semanales y de sesiones de creatividad.
Nuestro clima de trabajo es muy exigente (con objetivos que suponen un desafío, pero son perfectamente posibles) y, no obstante, ello, no deja de ser cordial y cooperativo.
Si expresamos que nuestros clientes deben obtener lo mejor de nosotros, intentamos a diario aplicar este concepto hacia nuestros clientes «internos», es decir, hacia cada miembro de nuestra organización.
Con respecto a tomar decisiones, asumimos riesgos controlados, pero no dejamos que el inmovilismo generado por el miedo a cometer errores nos corte las alas de nuestra visión de futuro.
Avanzamos innovando en todo, hasta en el hecho de descartar formas de pensar, actuar y concebir las cosas que, si bien antes daban resultado, ahora se pueden tornar en amarras que no nos dejen crecer.
Nuestros colaboradores están preparados y motivados para dar lo mejor de sí en su relación con los clientes y la organización ha logrado obtener sólidas relaciones que generan un feedback positivo.»
¿Observa la enorme diferencia entre ambos casos?
En el cado de integrar una asesoría:
En nuestra opinión, el despacho comprador para generar confianza a los profesionales de la asesoría A y B, en ambos casos será muy importante trasmitir y promover el siguiente mensaje;
Confianza. Confiamos en los miembros de nuestros equipos humanos, y fomentamos la delegación de responsabilidades. Y confiamos tanto en la persona como en el trabajo que hace, y evitamos los excesivos controles asfixiantes.
Apoyo. La dirección de la firma fomenta la formación y el trabajo en equipo.
Colaboración. La firma se apoya también en un equipo de colaboradores que pueda cubrir aquellos ámbitos en los que no es especialista.
Respeto. Se entrega confianza a cada profesional, y también se respeta su trabajo.
No se está encima de ellos, imponiendo criterios o desautorizando sus decisiones a cada instante.
Información. Cada profesional debe saber qué espera la organización de él, cuáles son los objetivos que debe alcanzar, quién y cómo evaluará su nivel de concreción y desempeño profesional, qué decisiones puede y no puede tomar y qué autonomía tiene para encauzar nuevos proyectos que no se aparten de los objetivos generales.
A su vez, debe disponer de toda la información relevante para desempeñar correctamente su trabajo.
Una firma compradora que quiera generar confianza y la adhesión de los equipos que integra debería apoyarse en este tipo de mensajes y aplicarlos.
¿A partir de dos modelos de asesoría, cuál de ellos será más fácil de integrar?
Para saber más:
https://www.amadocorporate.com/aptitudes-que-deberia-tener-el-titular-de-un-despacho-a-integrar/